Después de analizar el contexto en
el que nos encontramos e intentar buscar oportunidades laborales, llegamos al
último paso, el decisivo. La entrevista de trabajo.
Cuando pienso en una entrevista de
trabajo, pienso en la película “Intocable” y en lo que en ella sucede. Si aún
no habéis visto esta película, debéis verla, es altamente recomendable.
Alejándonos de la trama de la
historia, podemos observar, al inicio de la película, cómo diferentes personas
se presentan a una misma entrevista de trabajo, en estas entrevistas apreciamos algunos
procesos de selección. En primer lugar encontramos personas, bien vestidas,
cordiales, cualificadas y con experiencia pero que, a la hora de enfrentarse a
la entrevista, no saben qué decir ni cómo actuar. Algunos son monótonos, hasta
‘aburridos’ y otros responden de manera errónea. Por su parte, el candidato
seleccionado hace todo lo que no se debe hacer, va mal vestido, increpa con el
entrevistador, no está cualificado para el puesto, no muestra interés por el
trabajo, etc. pero lo que hace muy bien, es llamar la atención, establecer una
conversación, es decir, una comunicación bidireccional en la que se da a conocer tanto por lo que
responde, como por lo que pregunta.
Quizá ésta sea una versión
demasiado exagerada de cómo se tienen que hacer las cosas pero sería un buen
ejemplo de que hay que ser diferente, hay que tener confianza y demostrar que
podemos estar más que preparados para el puesto.
¿Qué debemos hacer para
enfrentarnos a una entrevista de trabajo y salir victoriosos?
Antes de asistir debemos
prepararnos a conciencia. Debemos estudiar bien la empresa, sus trabajadores y
el tipo de personas que buscan para, así, elaborar una serie adecuada de preguntas que
nos permita establecer una conversación con el entrevistador. Tenemos que ser
naturales, educados, no ir excesivamente maquilladas y elegir un vestuario
serio y acorde con el trabajo que queremos conseguir. Por otra parte, nos tenemos que mostrar receptivos,
la comunicación no verbal es algo muy importante a la hora de una entrevista,
por lo que debemos controlar los gestos que hagamos en todo momento.
Personalmente, no he hecho nunca
una entrevista de trabajo, propiamente dicha. Seguiré los pasos que he
mencionado anteriormente y me prepararé de la mejor forma posible, y espero que,
cuando tenga la primera, los nervios no
me jueguen una mala pasada. La teoría es
muy diferente a la práctica.
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